Aquellos que en su día se quebraron la cabeza para definir la actitud de “esa gente”, y se calentaron después las lenguas con etiquetas interesadas, podrían pensar qué parte de esas reivindicaciones han sumado después a su patrimonio existencial, o al de sus hijos. Porque, ética o estéticamente, los movimientos impulsados por jóvenes, idealistas e incorformistas, han cambiado el mundo.
De nada nos vale pensar en las palabras de Reagan (allá por las postrimerías de los sesenta, cuando ocupaba el cargo de gobernador de California), “ésas” con las que definía a los hippies como tíos con el pelo como Tarzán, que caminaban como Jane y olían como Chita, si no aplaudo a continuación el nacimiento de una corriente musical que nos sigue haciendo vibrar como las cuerdas metálicas de una fender stratocaster; o la liberación femenina y la libertad sexual; el derecho de los homosexuales, y todos aquellos logros que las mentes domesticadas perciben como un atentado a su stablishment. Y es que el mundo existe independiente del lenguaje que lo describa, (y de los parches en el ojo ajeno).
El 15 M, como poco, ha puesto de manifiesto que los jóvenes españoles no son tan pasivos y maleables como se pretendía; que el estado del bienestar no está invitado a la fiesta si antepone la etiqueta a la buena conversación y la distribución de los canapés; que, al final, y por encima de cualquier ideología política, subyace el deseo de contruir un mundo más equitativo y respetuoso con la tierra que nos cobija.
¿El fin de la ilusión, o el comienzo de la rebelión?
Concha Caballero nos acompaña para comentar, para iluminar las grietas que han propiciado este estallido de ideas, de propuestas, de inquietudes de nuestros jóvenes; para compartir con nosotras, con ustedes, una reflexión profunda de este sistema que nos embarga hasta nuestra legitimidad como ciudadanos; para darle aire y libertad al movimiento. Gracias Concha.
Y como es habitual, señalar los temas musicales que nos han acompañado. El tema que sirve de sintonía es Ohio (teníamos una deuda con Neil Young de un programa anterior), un oportuno homenaje a los estudiantes asesinados por la Guardia Nacional de Ohio durante las manifestaciones contra la guerra de Vietnan en la Universidad de Kent, un 4 de mayo de 1970. Continuamos con Edith Piaff y su Non, je ne regrette rien; y para terminar, otro mítico tema que sirvió de bandera al movimiento hippie allá por los sesenta, el White Rabbit de Jefferson Airplane.
Puedes escuchar el programa pinchando abajo:
PROGRAMA 07 ¿EL FIN DE LA ILUSIÓN?
Concha Caballero nos acompaña para comentar, para iluminar las grietas que han propiciado este estallido de ideas, de propuestas, de inquietudes de nuestros jóvenes; para compartir con nosotras, con ustedes, una reflexión profunda de este sistema que nos embarga hasta nuestra legitimidad como ciudadanos; para darle aire y libertad al movimiento. Gracias Concha.
Y como es habitual, señalar los temas musicales que nos han acompañado. El tema que sirve de sintonía es Ohio (teníamos una deuda con Neil Young de un programa anterior), un oportuno homenaje a los estudiantes asesinados por la Guardia Nacional de Ohio durante las manifestaciones contra la guerra de Vietnan en la Universidad de Kent, un 4 de mayo de 1970. Continuamos con Edith Piaff y su Non, je ne regrette rien; y para terminar, otro mítico tema que sirvió de bandera al movimiento hippie allá por los sesenta, el White Rabbit de Jefferson Airplane.
Puedes escuchar el programa pinchando abajo:
PROGRAMA 07 ¿EL FIN DE LA ILUSIÓN?
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